Electroterapia en fisioterapia
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Accidentes eléctricos en electroterapia


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Aunque son raros, es conveniente considerar la posibilidad de sufrir algún accidente,  del paciente o del terapeuta, cuando trabajamos con los equipos de electroterapia. Debemos cuidar que los equipos estén debidamente homologados y revisados.  No todo lo que hay en el mercado es fiable.

En electroterapia podemos encontrar diversas formas de agresión por la electricidad o la energía aplicada en forma de ondas de ultrasónicas, calor de infrarrojos, luz láser, rayos ultravioletas, etcétera.

En general, los accidentes eléctricos son debidos al sobrepasamiento en la rapidez de suministro (exceso de potencia) y en la cantidad de energía eléctrica permitida por los tejidos orgánicos, es decir, aplicar un exceso de DOSIS.

Para que circule por un punto la energía eléctrica, tendremos claro que existen al menos DOS PUNTOS DE CONTACTO: uno que posea abundancia de carga eléctrica y otro que tenga déficit de carga eléctrica, dependiendo de la diferencia de potencial entre ambos puntos,. Así, será mayor o menor la agresión al cuerpo humano.

En el momento que accidentalmente pongamos en contacto las dos masas eléctricas a través del organismo en forma descontrolada, corremos el riesgo de encontrarnos con resultados nocivos.

Por lo que se refiere a los accidentes con energía eléctrica pueden ser de varios tipos:

Accidentes galvánicos

Son debidos normalmente a exceso de intensidad aplicada o a demasiado tiempo de la sesión. Causan agresión de tipo bioquímico en los tejidos: desde una ligera irritación por cambios en el pH de la zona con respuesta de hiperemia, hasta agresiones de distintos grados sobre la piel y tejidos subyacentes, causando úlceras socavadas con pérdida de sustancia.

Cuando se producen en el cátodo, las quemaduras son de tipo alcalino, húmedas y con abundante secreción de líquidos orgánicos. Cuando aparecen bajo el ánodo, son ácidas, secas y coaguladas.

Un accidente típico es el sufrido cuando "hacemos masa" entre el polo activo de la batería del coche y el chasis. En el instante del contacto y la retirada, la sensación es de fuerte calambre, pero si persiste el contacto, la consecuencia es de quemadura química debida a la alta intensidad proporcionada por la batería.

Las quemaduras por galvanismo son bastante difíciles de resolver, debido a que los daños son profundos, pues persiste tras de la escara una zona alterada de transición bastante importante; la cual, si es eliminada, se aumenta bastante el tamaño de la herida, y si no se extirpa, se alarga el tiempo de renovación de dicho tejido hasta que emerjan los mamelones de granulación.

Precauciones para evitarlos

Teniendo en cuenta:

Exceso de potencia

Cuando el paciente se queja durante la sesión del dolor que genera la terapia, del tipo que sea, indica que estamos aplicando mucha potencia y que organismo no es capaz de absorber tanta energía, esto provocará una lesión o destrucción tisular que normalmente la denominamos como "quemadura". esto requiere bajar el parámetro de potencia o de intensidad.

Exceso de dosis

Si el paciente no manifestó molestias durante la sesión, pero en las horas siguientes o al día siguiente se queja de dolor e inflamación, es porque la cantidad de energía aplicada fue excesiva, Hay que reducir la dosis (que no es la potencia). Ver Dosis en electroterapia.

Corrientes mal diseñadas

No es raro que apliquemos corrientes EN DETERMINADOS EQUIPOS pensando que son de un tipo y después son de otro. Por ejemplo que la galvánica se aplique en modo VC en lugar de CC. o que una media frecuencia alterna, en lugar de ser alterna sea una polar con forma de alterna. Aclaremos esto:

Puede ocurrir que una corriente alterna sinusoidal la veamos en el osciloscopio como tal y parece una alterna normal sin polaridad. pero dependiendo del modo de ACOPLAMIENTO en que tengamos el osciloscopio, podemos ver  si la onda es alterna realmente o si es una pulsada con polaridad, como en la cuarta figura.

Acoplamiento AC

fig.1 Vista de una corriente alterna con acoplamiento AC.

Acoplamiento CC

fig.2 Vista de una corriente alterna con acoplamiento DC (nos aseguramos de que no posee polaridad).

Acoplamiento AC

fig.3 Vista de una corriente que puede tener polaridad pero no se representa porque estamos en acoplamiento AC.

Acoplamiento DC

fig.4 Vista de una corriente aparentemente alterna. Pero el acoplamiento DC muestra que posee polaridad.

Así, según las figuras, una onda alterna la podemos ver representada de las cuatro formas. Si realmente es alterna siempre la veremos con la línea de cero por la mitad, pero se tiene componente de polaradad, al medirla en CC la línea de cero se desplaza de la mitad y nos indica el predominio de las positivas sobre las negativas o a la inversa.

Luego si notamos que un estimulador, con alternas de media frecuencia, genera más irritación de lo normal o en unos electrodos más que los otros, tendríamos que someterlo a un estudio de este tipo y otros análisis que nos digan si la energía aplicada es la que indica o realmente mayor, etc.

Derivaciones a tierra

Si los equipos están mal diseñados, inadecuadamente conectados a la red eléctrica, no cumplen las debidas normas de seguridad, son viejos, o se hallan en mal estado de conservación y averiados: NO PUEDEN EXISTIR comunicaciones entre el circuito de alimentación de la red eléctrica y el circuito de aplicación al paciente.

Normalmente esta circunstancia no la descubrimos hasta el momento en que el paciente se queja porque cierra el circuito con una derivación hacia tierra con el correspondiente calambre inesperado; el paciente hizo accidentalmente de conductor del circuito de alimentación con el paso de mucha intensidad y voltaje alto, que pueden causar accidentes eléctricos muy graves por corriente alterna de la red.

Para evitar que posibles falsos contactos entre los circuitos de aplicación y el chasis del equipo puedan derivar al paciente o al terapeuta cuando los toca, la forma más común de evitarlo se basa en que los materiales del chasis no sean conductores (metálicos) o que si lo fueran, NO CONECTAR el chasis del aparato a la toma de tierra, con la idea de que la persona no haga de conductor entre el circuito aplicador y la toma de tierra al tocar el chasis.

No siempre es la derivación del circuito de red a tierra a través del paciente la que puede generar situaciones de riesgo, también se da cuando el circuito aplicador genera en el organismo movimiento de cargas importantes, las cuales, si fueran derivas a tierra, causan agresiones o quemaduras en el punto de derivación o de contacto como en la onda corta.

Precauciones especiales requieren las aplicaciones de electroterapia junto con hidroterapia, dada la buena conductividad del agua para corrientes alternas o variables. Por lo tanto, toda bañera, ducha, maniluvio, pediluvio o tina improvisada para usos con corrientes y agua, deben ser de materiales aislantes, debidamente aislados de tierra y, MUY IMPORTANTE: los desagües nunca tienen que ser metálicos ya que a través de ellos y del agua se producen derivaciones con consecuencias graves.

Estos accidentes dan lugar a:

Si el contacto eléctrico desencadena contracciones musculares de cadenas en extensión, normalmente el paciente sale despedido del punto de contacto. Pero si las contracciones generan respuestas en flexión, es más probable que éste no pueda librarse de la aprensión o punto de contacto eléctrico.

Estos graves y severos efectos, cuando se dan, reciben el nombre de ELECTROCUCIÓN.

Precauciones para evitarlos 

Cortocircuitos

La expresión CORTOCIRCUITO se refiere a la unión entre las dos fases mediante un conductor que opone muy poca resistencia, facilitando en exceso el paso de corriente a su través, de manera que la corriente busca el paso más CORTO y FÁCIL, tan fácil que circula por ese punto una gran intensidad eléctrica con el consiguiente peligro. La derivación a tierra puede resultar semejante al cortocircuito.

El organismo manifiesta unos límites de resistencia eléctrica variables dependiendo de distintas circunstancias: tipo de corriente, de su frecuencia, de la zona de piel afectada, de la proximidad o alejamiento entre ambos puntos de contacto, de la humedad de la piel, etc.

Los accidentes típicos de esta variante pueden ser: el niño que se mete un cable en la boca, el niño que introduce los dedos en el enchufe, el electricista que trabaja con una fase y accidentalmente toca la otra, etcétera.

Las lesiones causadas pueden ser muy semejantes a las derivaciones a tierra, aunque si el corto es entre las dos fases, normalmente las lesiones son más locales y no tan generales como en las derivaciones a tierra. Las manifestaciones pueden ser:

Precauciones para evitarlos

Arcos voltaicos en alta frecuencia

Cuando entre dos cargas eléctricas existe mucha diferencia de potencial, es decir, cuando una es "muy negativa" y la otra "muy positiva", o cuando entre ambas podemos medir miles de voltios, se dan las circunstancias que facilitan el paso de electrones de una carga a la otra, "incluso a pesar de la mucha resistencia del espacio atmosférico que las separa". De manera que los electrones buscan intercambio eléctrico sin conductores (si en su trayecto los hallan, mejor) generando un arco luminoso debido a la ionización de los gases atmosféricos.

Reciben el nombre de "arcos voltaicos" debido a que la fuerza fundamental que los genera es la diferencia de potencial eléctrico (voltaje) existente entre dos puntos, mientras que la intensidad puede ser mayor o menor dependiendo de la cantidad, calidad y tamaño del arco.

Es difícil que los arcos voltaicos se generen con corriente continua (galvánica) pero sí aparecen con cierta facilidad en la corriente alterna, influyendo decisivamente la frecuencia de dicha corriente alterna.

Es característico el accidente producido en los electricistas que trabajan en los tendidos de alta tensión, los cuales, por acercarse hasta ciertos límites, producen un arco voltaico hacia la persona que hará de conductor para que la descarga eléctrica se derive a tierra a través de la torreta.

La protección de los operarios ante los referidos arcos voltaicos se basa en un traje de malla o red metálica por el cual circulan las cargas sin afectar al cuerpo. Es la llamada red o jaula de Faraday.

En la electroterapia se pueden dar con cierta facilidad la generación de arcos voltaicos en las corrientes de alta frecuencia, en onda corta y microonda, si no se toman las debidas precauciones. Los arcos generados por la onda corta se deben a causas implícitas en las diversas formas de aplicación, más que una característica de ella.

Si aplicamos onda corta en campo de condensador y entre ambas placas colocamos metales, es muy fácil provocar arcos entre distintas masas metálicas. Por ello, si hacemos tratamientos en pacientes que previamente no se les desprende de medallas, cadenas, llaveros, monederos, cinturones, etcétera, corremos el alto riesgo de que se generen arcos que afecten al paciente con al fuerte sensación de calambre y quemazón.

La onda corta tiene una diferencia importante con relación a la microonda: la primera genera movimientos de cargas eléctricas dentro de los tejidos, mientras que la segunda (debido a su frecuencia mucho más alta) no llega a generar movimientos de cargas, solamente provoca giro u oscilaciones de los iones o moléculas ionizadas. Luego, y según esto, la frecuencia de la onda corta y otras aplicaciones similares pueden causar descargas o salidas de cargas eléctricas del paciente, o hacia él, por puntos en los que falle la protección de la resistencia del aire.

Estos accidentes en electroterapia no generan lesiones importantes dado que la intensidad del arco (amperaje) decae mucho cuando circula por el aire, el cual le ofrece fuerte resistencia; en tanto que al invadir los tejidos (mejores conductores) éstos absorben perfectamente la intensidad aplicada. En el punto de contacto del arco con los tejidos, se soporta un intenso impacto que puede llegar a producir pequeñas quemaduras.

Precauciones para los arcos voltáicos

Quemaduras por osteosíntesis metálicas o endoprótesis

POR CALOR.-- Distintas son las quemaduras causadas por el acúmulo exagerado de calor en los metales envueltos por los tejidos orgánicos cuando aplicamos alta frecuencia térmica, (incluso con la lámpara de IR-A) de manera que el exceso de calor en el metal puede producir zonas de lesión a tejidos en contacto, que el paciente no detecta muy claramente dado el aumento lento y progresivo de la agresión, llegando a acomodarse su sistema sensitivo sin disociar claramente el calor generado en la zona, del punto agredido. También el defecto en la sensibilidad del paciente, o/y porque (en teoría) interiormente nos hallamos sin terminaciones sensitivas detectoras del calor, las cuales se encuentran más repartidas por la piel que en tejidos profundos, impidiendo las posibles respuestas de defensa.

No es necesario que el metal alcance una temperatura elevada, pero si supera los 42ºC durante un buen rato, ya genera lesiones celulares en los tejidos que contactan con el metal. Esta circunstancia no provocará dolor inmediato, pero sí desencadenará inflación local en las horas siguientes a la lesión.

POR ELECTROLISIS.-- Así mismo, si estos metales intratisulares son invadidos por campos eléctricos de la galvánica, concentrarán sobre ellos la energía y actuarán a modo de electrodos metálicos intratisulares, con la consiguiente quemadura electrolítica de los tejidos que lo contactan. Esta lesión se pondrá de manifiesto por el proceso inflamatorio y fagocitario que se desencadena en las oras siguientes.

Accidente de electrocución

Cuando un paciente (o cualquier persona) sufra electrocución, tendremos que actuar inmediatamente, pero con las debidas precauciones para evitar que quien pretenda ayudar sufra las mismas consecuencias, agravándose la situación.

Las actuaciones más inmediatas pueden ser:

1º.-- Observaremos la situación y a la persona (previa desconexión de su cuerpo del contacto eléctrico).

2º.-- Cortar el interruptor que alimenta el circuito del accidente o extraer la clavija del conector de la red. En el caso de no poder sacarlo, tratar de cortar los cables que provocan el problema, pero NUNCA LOS DOS O TRES A LA VEZ, con una herramienta que posea el mango debidamente recubierto de material aislante.

Si no es posible cortar energía ni cables, retiraremos al accidentado, PERO SIN TOCARLE DIRECTAMENTE ni a través de ropas húmedas.

3º.-- Si el individuo está inconsciente, ver si respira y late su corazón adecuadamente. En caso de existir alguno de estos problemas, aplicar con insistencia y sin desánimo respiración ayudada y/o masaje cardíaco mientras se reclaman y se esperan mejores servicios de reanimación. En caso de tener que aplicar respiración asistida, es más conveniente hacerlo con aparatos para tal fin, en lugar del "boca a boca"; por otra parte, toda unidad de fisioterapia debiera disponer de un respirador sencillo para evitar posibles situaciones accidentales de cualquier tipo.

4º.-- Colocar al paciente en posturas adecuadas que no impidan la circulación sanguínea a los centros vitales y facilitar la ventilación pulmonar en lo posible.

5º.-- Cuidar de posturales segmentarios en el caso de que se sospechen lesiones, roturas de tejidos, luxaciones, etcétera que se hubieran causado por las descargas o caídas.

6º.-- En caso de quemaduras, proteger adecuadamente las heridas con el fin de evitar contaminaciones o infecciones. (No suelen sangrar); heridas que a posteriori serán tratadas.

7º.-- Si el paciente recupera el conocimiento, o no lo llega a perder, mantenerlo recostado en posturas que favorezcan la buena ventilación y oxigenación pulmonar, tratando de calmarlo y suministrándole un tranquilizante o calmante para reducirle su tensión, ansiedad y dolores

8º.-- Si las circunstancias del accidente son severas, evacuar al paciente a un centro sanitario más apropiado para observación y tratamiento adecuado.

Quemaduras

El tratamiento de las quemaduras depende del grado y tipo:

GRADO.--

Sin entrar en su extensión, se clasifican:

TIPOS.--

Las quemaduras por accidentes en electroterapia pueden ser variadas:

La quemadura se manifiesta con destrucción celular provocada por la alteración del ambiente intercelular o celular, despolarizando membranas, hinchándose las células de agua conduciéndolas a su muerte y desintegración, liberando todo su contenido al medio.

Si la agresión tisular es superficial y no alcanza la dermis, la regeneración es fácil, partiendo de la propia estructura epidérmica o dérmica. Ante la destrucción total de dermis y epidermis, la regeneración se produce partiendo de los bordes de la escara.

Tratamiento de quemaduras

Las respuestas eritematosas serán las más frecuentes en nuestros tratamientos de electroterapia, por ello, el método más inmediato y efectivo consiste en pomadas o cremas ANTIHISTAMÍNICAS, para frenar la respuesta inflamatoria del organismo. Normalmente será suficiente y efectivo.

Las quemaduras de primero y segundo grado suelen curar con facilidad en el transcurso de dos a tres semanas y deben tratarse por cura CERRADA.

El tratamiento para estas quemaduras debe basarse en:

En las quemaduras de tercer grado, en las que es manifiesta la destrucción de la piel y tejidos subyacentes, suelen mantenerse lesionados y alterados los tejidos inmediatos, por lo que se procede a:

La aplicación de LASER rojo o de infrarrojo en dosis de 10 a 15 J/cm2 está muy indicada y demostrada su eficacia. En caso de existir infección, los ultravioletas a dosis muy controladas de 2 minutos como inicio aumentando 30 segundos por día con la lámpara a 1 metro de distancia es una indicación muy adecuada, cuidando escrupulosamente no dañar los tejidos ulcerados.

Existe polémica con relación a la aplicación de LASER existiendo infección en la escara. No parece presentar contra indicación, más bien al contrario. No obstante, su aplicación requiere de observación, ya que en algunas circunstancias parece que se reactiva el proceso infeccioso.

En nuestras manos tenemos una técnica muy eficaz para acelerar la curación y regeneración de la zona quemada, consistente en drenaje linfático de la zona, pero con el debido cuidado de que NO COEXISTA INFECCIÓN, que la podríamos extender.

Así mismo, disponemos en el mercado de equipos para termoterapia de alta frecuencia (tecarterapia o radiofrecuencia) (antiguas corrientes de D'Arsonval), para aplicar termoterapia localizada y manual en dosis muy controladas con electrodos para manejo directo del terapeuta al paciente (electrodos pequeños) los cuales se pueden aplicar en los alrededores de la escara a fin de mejorar en lo posible la vascularización, regularización metabólica y licuación de las disoluciones próximas. Esta técnica implica también masaje de la zona por deslizamiento del electrodo. También nos vemos obligados a observar las oportunas precauciones en caso de infección.

Las quemaduras por láser, habitualmente aparecen en las aplicaciones puntuales, causando pequeñas quemaduras. Su tratamiento es similar a las anteriores pero con mejor pronóstico.

El ultrasonido no produce quemadura, sino que son destrucciones celulares localizadas en la zona y que se manifiestan como pequeñas costritas coincidentes con algunos poros, junto con manifestación de dolor al día o los dos días siguientes, a no ser que el paciente sufra problemas serios de pérdida en sensibilidad. Las técnicas de US con cabezal fijo (no manual) provocan quemaduras con cierta frecuencia si no se dosifican bien.

La quemadura generada por ultravioletas suele ser más extensa que profunda, dada la técnica habitual de aplicación por amplias zonas corporales. Su tratamiento se basará en analgésicos (los cuales antes no se les daba importancia), hidratantes de la piel y antihistamínicos que frenen la respuesta exagerada de vasodilatación periférica e impedir la extravasación de líquidos que pudiera conducir a la formación de flictenas.

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Nota sobre electroterapia

Nota al público general

Las técnicas de electroterapia no consisten en aplicarse un aparato “que alivia o elimina los dolores” y aplicárselo sin más. O usar un potenciador muscular que publicita “menganito de tal” y . . . ¡a ponerse fuertes!. Estas técnicas requieren de una base de conocimientos que el profesional conoce para ajustar los parámetros, situar los electrodos, dosificar correctamente e indicar la metodología de tratamiento.

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Autor de la web

José Mª Rodríguez Martín

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